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URGENTE: Asesinan a tres carabineros en emboscada en Cañete

Sorry cabros, pero el barril de tolueno está brígido:

  • No se ha hablado del antroneko Hermosilla
  • Postergaron la formalización de Yañez hasta Octubre
  • Camello Jadue piolita
  • Orsini protagonista de todo en Valpomeao
Control de daños? :zippymmm:
 
Pura parafernalia del gobierno y la fiscalía, creo que no tendremos culpables esta vez, a los sumo al primer hueon que pillen le echaran la culpa, solo hay que recordar la nefasta sentencia del caso "Luchsinger-Mackay" un solo ancestral preso todo el resto de la banda libre de polvo y paja y para que decir del PDI muerto hasta el día de hoy no se sabe quien fue, el Carabinero muerto por esos mismos lares también pillaron a una sola persona el resto esta libre, así que no se hagan muchas ilusiones de que va haber justicia, en fin estamos en Chile no podemos pedir más.
 

Han sido asesinados tres carabineros. ¿Qué significa? ¿Fue robo de armas? ¿Fue una señal política respecto a la condena a Llaitul? ¿Fue un esfuerzo por evitar los acercamientos de gobierno y oposición? Y si fue esto último, ¿cuál es el interés? ¿Es nacional o extranjero? ¿Es derecha o de izquierda? ¿Fue el aniversario de Carabineros de Chile la motivación?
 
hasta el mismísimo loly las entidades de seguridad...
Está todo corrupto.
Cuando trabajé en la MZS en los buses, vi muchísimas "cosas raras" de lado y lado....
Aún recuerdo cuando descubrí a uno de la Sapolcar que andaba de hippie en Victoria....se quedó más helado que bloque de hielo cuando lo delaté.... :piola: más aún cuando invoqué que era @ancla 2 DIRINTA😉

A estas alturas, lo único cierto es que más que temas territoriales, esto es GEOPOLÍTICA PURA Y DURA. Las guerras del siglo XXI son por los recursos naturales...y CL - ARG son los países con más reservas de agua dulce a nivel mundial y controlan el acceso a la Antártica.
 

A ESTO LE TIENE PANICO LA CASTA
 

Columna de Pablo Ortúzar: “¿Guerra?”

De este modo, en vez de la constricción geográfica y temporal implicada por el estado de sitio, el Estado chileno podría librar una guerra contra sus enemigos internos tratando a cualquier miembro de una organización criminal o terrorista como un combatiente ilegal y sometiéndolo a las garantías y a los procedimientos judiciales que tendría que enfrentar como tal bajo estado de sitio.

Fuente: https://www.latercera.com/opinion/n...V7442E/?md5=4c503ec76c1c05ce7d7dc10550a321e2#



Frente al ataque terrorista que dejó tres carabineros asesinados a tiros en Cañete, cuyos cuerpos luego fueron quemados por los criminales, y un pequeño arsenal de armas robado, el exministro del interior Jorge Burgos declaró que, a su entender, el Estado de Chile estaba en guerra con el grupo que fuera responsable de estos actos, así como con el resto de los grupos terroristas que operan en la zona. Eso nos lleva de lleno al tema nada feliz de la guerra, que merece ser tomado muy en serio en vez de ser evadido, justamente por lo delicado que es.

La observación del exministro va en línea con la demanda reiterada por declarar estado de sitio en la Macrozona Sur y ponerla bajo el control total de fuerzas militares. El estado de sitio, como su nombre lo indica, es el estado de excepción constitucional pensado para los escenarios de guerra: queda el Comandante en Jefe del Ejército a cargo de la zona de conflicto, las libertades civiles fundamentales (reunión y locomoción) quedan suspendidas, se permite el arresto de personas en lugares distintos a cárceles y pasa a regir en ese territorio la justicia militar marcial, en reemplazo de la justicia militar de tiempos de paz y de la justicia civil.

En efecto, todo grupo que busque amenazar por la fuerza la seguridad o integridad interior o exterior de un Estado puede ser considerado enemigo del Estado, lo que permite desplegar la fuerza militar en su contra. Los miembros de estas organizaciones, por su parte, son combatientes enemigos, sea cual sea su nacionalidad, y el trato con ellos puede quedar sujeto a las leyes de la guerra.

Hoy la situación en la Macrozona Sur cabe dentro del concepto de “guerra irregular de baja intensidad”: se despliegan efectivos militares, pero en una situación que no se define claramente como un conflicto bélico, donde el enemigo enfrentado no es otro Estado y donde el territorio sigue sometido a las instituciones civiles. Si se declarara estado de sitio, entraríamos en un escenario de guerra asimétrica contra combatientes ilegales.

Al mismo tiempo, decenas de alcaldes, muchos en la Región Metropolitana, demandan que se declare estado de emergencia en sus comunas y se utilicen militares para controlar el orden público. Esto, en respuesta a los altos niveles de delincuencia, pero muy especialmente a la operación cada vez más violenta de miembros de bandas del crimen organizado, que ha costado la vida de varios carabineros y civiles.

En suma, hay una demanda cada vez mayor de intervención militar para lidiar contra enemigos internos. Y la pregunta es si el marco institucional que tenemos acomoda al Estado chileno y a sus fuerzas armadas para enfrentar la mezcla de etnoterrorismo y crimen organizado que tienen al frente. ¿Son adecuadas nuestras herramientas institucionales respecto al problema que enfrentamos? ¿Podemos enfrentar eficazmente el escenario de guerra delineado por Burgos? Todo indica que no: la lógica del estado de sitio parece demasiado acotada geográfica y temporalmente, y se nota pensada para combatir ejércitos enemigos o guerrillas, pero no grupos terroristas y/o del crimen organizado que operan en base a atentados. Y los demás estados de emergencia tienen el problema, además de ser muchas veces poco adecuados a contextos civiles, de no ofrecer garantías operativas a los militares desplegados: el número de efectivos presos por cumplir con su deber en la Araucanía y durante el estallido social habla por sí mismo.

¿Qué hacer entonces? Lo razonable es comenzar por establecer reglas de uso de la fuerza (las famosas RUF) que den seguridades y faciliten la operación militar contra terroristas y criminales. Éste es el debate hoy en curso, entorpecido por la diputada Orsini, que defendía hace poco tiempo disolver la PDI y refundar carabineros. El Presidente de la República, una vez establecidas las RUF, debería considerar retroactivamente los criterios delimitados en ellas para evaluar los indultos a los uniformados condenados por utilizar sus armas.

Un segundo paso necesario es asegurarse de que los grupos enemigos no tengan acceso a la inteligencia y las decisiones estratégicas secretas del Estado chileno. Esto hace razonable pensar en apartar por completo al Partido Comunista de Chile de cualquier área del Estado relacionada con el Ministerio del Interior o el Ministerio de Defensa, en la medida en que han mostrado de manera consistente solidaridad y alianzas con la dictadura venezolana (que parece trabajar asociada con grupos criminales de esa nacionalidad operando en nuestro país) y con el extremismo mapuche (basta recordar las gestiones con las FARC para entrenarlos, reveladas el 2015). Juan Andrés Lagos y Galo Eidelstein y sus respectivos equipos debeberían ser desvinculados por razones de seguridad interior, al no verse muy confiables sus lealtades respecto al Estado chileno.

¿Algo más? Sí. Para que el despliegue de fuerza militar sea efectivo, parece necesario que los militares desplegados, al igual que en cualquier escenario de guerra, sólo puedan ser juzgados por tribunales militares. Insistir, como ha hecho el gobierno, con que sean tribunales civiles los que vean los casos de militares actuando en un escenario de guerra es muy poco razonable. No tienen la experiencia necesaria, y la guerra no se rige por las mismas lógicas que la paz. Esto es crucial: el test de seriedad de cualquier político que prometa usar fuerza militar es preguntarle respecto a quién juzgaría los actos de los militares desplegados. Si se opone a que sea la justicia militar, no está hablando en serio.

De hecho, uno podría perfectamente defender que no sólo los militares deberían estar sujetos a la justicia militar, sino también los combatientes enemigos capturados. Los miembros de organizaciones criminales en beligerancia contra el Estado chileno, nacionales o extranjeros, podrían y deberían ser tratados como combatientes ilegales y pasados a consejos de guerra o cortes marciales, según sean las circunstancias. Esto haría innecesario el “debate respecto a la pena de muerte” que el gobernador frenteamplista Rodrigo Mundaca intentó convocar, pues ella nunca ha estado fuera del catálogo de opciones de la justicia militar en tiempos de guerra (pena que ha intentado ser derogada últimamente por gestiones lideradas por Lorena Fríes, misma persona que al mando del INDH defendió que el atentando donde murieron quemados vivos Werner Luchsinger y Vivianne Mackay no era un caso de terrorismo).

De este modo, en vez de la constricción geográfica y temporal implicada por el estado de sitio, el Estado chileno podría librar una guerra contra sus enemigos internos tratando a cualquier miembro de una organización criminal o terrorista como un combatiente ilegal y sometiéndolo a las garantías y a los procedimientos judiciales que tendría que enfrentar como tal bajo estado de sitio. Esto debería hacer todo más expedito y seguro, ya que la justicia militar no podría ser sometida al tipo de presiones que hoy sufre la justicia civil, como la que hemos podido ver en el caso del juicio a “Los Gallegos”. Del mismo modo, los miembros de las fuerzas de orden y seguridad que colaboraran entregando información, vendiendo armas o de cualquier otra forma con las organizaciones beligerantes enemigas podrían ser condenados por traición a la patria.

En simple: si se quiere realmente utilizar fuerza militar para librar una guerra contra los grupos terroristas y el crimen organizado, parece necesario ofrecer garantías a los militares desplegados respecto a ser juzgados de acuerdo a las leyes de la guerra, por tribunales militares. Y también, al mismo tiempo, llevar el derecho penal del enemigo a su mayor grado de intensidad respecto a los miembros de los grupos terroristas y los miembros del crimen organizado, tratándolos como se trataría a combatientes ilegales enemigos capturados en acción en el contexto de una guerra. Sólo la combinación de ambas medidas, junto con reglas claras y eficaces para el uso de la fuerza y el apartamiento del Partido Comunista de cualquier cargo vinculado a inteligencia y seguridad interior o exterior, parecen generan condiciones más o menos idóneas para estar a la altura del conflicto que se tiene por delante. Todo esto, claro está, si es que tal es el camino que efectivamente se pretende transitar.
 
¿ Tu crees que la plata para financiar eso cae del cielo ? De un lugar tiene que sacarlo.

La izquierda no entiende que hay que generar la plata.
No estoy discutiendo eso, lo que pasa es que esas son acusaciones. Jadue debe probar (Dice que las pruebas las tiene) de que no cometió dolo.
 

A ESTO LE TIENE PANICO LA CASTA
Se ha hecho muy poco énfasis en qué potencias extranjeras están metiendo financiamiento y armamento no solo a la guerrilla separatista aquí sino que también al Tren de Aragua, que desde el caso Ronald Ojeda perfectamente puede ser considerada como una PMC al servicio de potencias extranjeras.
Con las conversaciones con J-Tool se comprobó un lazo muy estrecho con el gobierno Cubano con el tema de suministro de armamento (allá no se mueve ni una hoja sin que el gobierno lo sepa), y el gobierno de Venezuela tiene línea directa con el crimen organizado aquí.
Luego, excavando un poco más se tiene apoyo de organizaciones europeas como la Mapuche International Link.

A todo político de derecha debería exigírsele que comience a hablar en la prensa sobre "guerra híbrida", de modo de poder tomar medidas severas.
 
El cara de rajismo de parte de la derecha pinochetista de este pais es de proporciones biblicas, ahora hablan de derechos humanos con las manos manchadas de sangre.....

Este tipo de performance como la de la señora de la foto para lo único que sirve es para entregar más odio y molestar. Se supone que que el INDH no es un organismo de prevención del delito, es un organismo independiente con fondos estatales, que está en todos los países suscritos, que entrega recomendaciones a los gobiernos de turno y eventualmente se hace parte de denuncias o querellas, cuando hay desaparición de personas, crímenes de lesa humanidad o tortura y donde la justicia ordinaria se niegue a hacer su trabajo, ya sea por presiones superiores, porque en el país no corra el Estado de Derecho (como en las Dictaduras) o porque de alguna u otra manera no se estén cumpliendo los tratados internacionales sobre derechos humanos a los que el país suscribe. En este caso particularmente, los funcionarios tienen detrás de si la espalda enorme de una institución como Carabineros de Chile, que por supuesto velará por sus derechos. Sus familias de quienes trabajan ahí no están desamparadas ni en estado de inseguridad latente.

Incluso, fuera de esto, el INDH aún así dio una declaración pública a raíz de la muerte de los Carabineros.

Declaración del Consejo del INDH sobre seguridad ciudadana y el asesinato de tres funcionarios de Carabineros de Chile​

29/04/2024
  1. El Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) repudia y condena el asesinato de los suboficiales mayores Sres. Carlos Cisterna Navarro, Sergio Arévalo Lobos y Misael Vidal Cid. Ante tales sucesos criminales, el INDH expresa sus sentidas condolencias y solidaridad a las familias de las víctimas, a Carabineros de Chile y a la comunidad en su conjunto.
  2. Confiamos en que se realizarán todos los esfuerzos posibles en las investigaciones que se están iniciando de manera de identificar, juzgar y sancionar a quienes resulten responsables, siempre en el marco del cumplimiento de las garantías del Estado de Derecho y el respeto a los derechos humanos, desarrollando dichas investigaciones con la celeridad y eficacia que cabe exigir ante un acto de tanta gravedad.
  3. Para lo anterior es absolutamente necesario proveer a Carabineros de Chile y a la Policía de Investigaciones de Chile de las herramientas tecnológicas, de inteligencia, de protección y de combate adecuadas para el cumplimiento de su función.
  4. Rechazamos la violencia e insistimos en la necesidad que el Estado resguarde el derecho a la seguridad personal como una condición imprescindible para la convivencia pacífica y plena vigencia de los derechos humanos. Lo anterior sobre la base del respeto integral a los Derechos Humanos ante acciones u omisiones de agentes del Estado. Cuando se falla en garantizar el derecho a la seguridad, se corre el riesgo de alentar la auto-tutela y debilitar el sistema democrático.
  5. Junto a esto, tal como fue explicitado en el Informe Anual 2023 del INDH, damos cuenta que el derecho a la seguridad ciudadana está compuesto por una serie de otros derechos concurrentes, tales como, a la vida; a la integridad física y psíquica de las personas; a la libertad; a las garantías procesales y al uso pacífico de los bienes. Esto exige al Estado el deber de garantizar la seguridad ciudadana que es lo que precisamente posibilita la vigencia de los derechos en su conjunto.

 
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